Biden se comprometió a defender a Japón y a Corea del Sur ante las amenazas nucleares del régimen de Kim Jong-un

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Biden se comprometió a defender a Japón y a Corea del Sur ante las amenazas nucleares del régimen de Kim Jong-un

Redacción

Estados Unidos, Japón y Corea del Sur prometieron el domingo una respuesta “fuerte y firme” a cualquier prueba nuclear del régimen de Pyongyang.

Los dirigentes de los tres países se reunieron en Nom Pen, donde se celebró la cumbre anual de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN).

Tras una reunión trilateral en el marco de la cumbre, los líderes emitieron una declaración conjunta en la que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se comprometió a desplegar “toda la gama de capacidades, incluidas las nucleares” para defender a sus aliados.

Joe Biden, el primer ministro japonés, Fumio Kishida, y el presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, “reafirman que un ensayo nuclear por parte de Corea del Norte irá seguido de una respuesta fuerte y firme por parte de la comunidad internacional”.

“El presidente Biden reafirmó que el compromiso de Estados Unidos de defender a Japón y a la República de Corea (nombre oficial de Corea del Sur) es inquebrantable y está respaldado por una amplia gama de capacidades, incluida la nuclear”, dice el comunicado.

Corea del Norte realizó una serie de lanzamientos a principios de noviembre, incluido el de un misil balístico que cayó cerca de las aguas territoriales de Corea del Sur.

Pyongyang justificó sus acciones por la actitud “agresiva y provocadora” de Seúl y Washington, que estaban realizando al mismo tiempo las mayores maniobras militares aéreas de su historia.

Corea del Sur y Estados Unidos advierten desde hace meses que Corea del Norte está dispuesto a realizar un nuevo ensayo nuclear en cualquier momento. Sería el séptimo de su historia.

En el comunicado, se subraya que “la vía para el diálogo permanece abierta” y se insta a Corea del Norte a regresar a la mesa de negociaciones.

Biden tiene previsto reunirse el lunes en Bali con su homólogo chino, Xi Jinping, al margen de la cumbre del G20, con la intención de pedirle que convenza a Pyongyang de no ir más lejos.

Guerra de Ucrania y China
Biden aprovechó su asistencia a la cumbre de Asia Oriental en Camboya para reunirse con sus aliados en la región y hacer frente común ante la guerra de Ucrania y la hegemonía de China.

Durante la cumbre, Biden condenó la invasión rusa de Ucrania y afirmó que Estados Unidos competirá “vigorosamente” con China y hablará de los abusos de los derechos humanos en el gigante asiático, al tiempo que mantendrá la comunicación abierta para evitar un conflicto, según un comunicado de la Casa Blanca.

El presidente estadounidense agregó que considera muy importante mantener la estabilidad y la paz en Taiwán, un territorio “de facto” independiente que es aliado de Estados Unidos y que Pekín considera una provincia rebelde.

Además, Biden pidió más presión para que la junta militar birmana implemente los conocidos como cinco puntos de consenso de la ASEAN, que incluye el cese de la violencia, libere a los prisioneros políticos y permita el retorno de la democracia.

También defendió la legalidad internacional para la libertad de navegación en el mar de China Meridional, donde Beijing mantiene un litigio soberanista con varios países como Vietnam y Filipinas, y expresó su preocupación por la amenaza de Corea del Norte y sus pruebas con misiles.

Tras la cumbre, Biden también se reunió con el primer ministro australiano, Anthony Albenese, con el que abordó sus intereses comunes en el Indopacífico, donde ambos países tienen una alianza de seguridad junto con el Reino Unido conocida como AUKUS, que ha sido criticado por China.

En declaraciones a los periodistas, Albanese destacó la “estrecha relación” que tiene con Biden, con el que abordó el AUKUS y la importancia de las medidas sobre el cambio climático y las cadenas de suministro.

Aún así, la división se hizo palpable en la cumbre, donde los mandatarios de la región no consensuaron un comunicado final conjunto debido a que Rusia se opuso a un “lenguaje inaceptable” sobre la guerra de Ucrania, según dijo el ministro de Exteriores ruso, Sergéi Lavrov, tras asistir al encuentro.