Redacción
Los recursos públicos existentes para realizar política pública y proveer de bienes y servicios adicionales a la población dependen del espacio fiscal y de las prioridades del Gobierno Federal.
En el análisis ‘Recursos públicos disponibles para 2023: Espacio fiscal y programas prioritarios’ del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria A.C. (CIEP), se refiere que el espacio fiscal para 2023, es decir, los recursos disponibles para hacer política pública de coyuntura, equivalen al 2 por ciento del PIB, y son 1.5 por ciento menos respecto a lo aprobado para 2022.
El CIEP señala que esta reducción del espacio fiscal se debe a que, a pesar de que se prevé que los ingresos presupuestarios incrementarán 10% respecto a lo aprobado en 2022, de aprobarse la propuesta de presupuesto, los gastos ineludibles (que representan el 78.3 por ciento del presupuesto total) crecerán 11.2 por ciento: el pago de aportaciones y participaciones, deuda pública, pensiones, Empresas Productivas del Estado (Pemex y CFE) y las Entidades de Control Presupuestario Directo (presupuesto de IMSS e ISSSTE).
Así mismo, de 2022 a 2023, el CIEP identifica que, el presupuesto propuesto para los programas y proyectos prioritarios incrementó 33.6 por ciento y se concentra en la Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores, el Tren Maya y la refinería de Dos Bocas.
Mientras tanto, los recursos que resultan al descontar del espacio fiscal el presupuesto asignado a los programas prioritarios (sin considerar las Pensiones del Bienestar para las Personas Adultas Mayores y Personas con Discapacidad Permanente) equivale al 0.7 por ciento del PIB.
Si los recursos que representan el espacio fiscal se dirigen principalmente a los programas prioritarios del gobierno federal, quedaría menos presupuesto para programas destinados a la atención de la salud, proveer de mayores servicios de cuidado o educación.
Finalmente, el CIEP refiere que destinar más recursos al pago de pensiones y deuda pública, que a programas que beneficien a la primera infancia, indica que el presupuesto no tiene perspectiva de equidad intergeneracional. Por ello, considera necesario revisar y replantear los gastos ineludibles con la finalidad de evitar mayores presiones fiscales que frenen el desarrollo de las nuevas generaciones.