Red de corresponsales.
A pesar de que en un principio se odiaron, todos consideraron que la unión de estos dos grandes del cine fue la “boda del siglo”.
“Qué bueno que no te casaste con el argentino”. Ese fue el mensaje que María Félix recibió por parte del emisario que mandó Jorge Negrete para que le diera la bienvenida a la actriz en el aeropuerto. Además del recado, “La Doña” fue recibida con un ramo de flores.
Tal parecía ser que Jorge acababa de recibir la secretaría general de la ANDA. Entre sus labores estaba el recibimiento de sus colegas cuando volvieran a tierras mexicanas, pero por diversos motivos no pudo estar presente cuando María Félix. llegó.
“Qué bueno que no te casaste con el argentino”. Ese fue el mensaje que María Félix recibió por parte del emisario que mandó Jorge Negrete para que le diera la bienvenida a la actriz en el aeropuerto. Además del recado, “La Doña” fue recibida con un ramo de flores.
Tal parecía ser que Jorge acababa de recibir la secretaría general de la ANDA. Entre sus labores estaba el recibimiento de sus colegas cuando volvieran a tierras mexicanas, pero por diversos motivos no pudo estar presente cuando María Félix llegó.
La diva del cine mexicano acababa de volver a su país natal luego de que estuvo unos cuantos meses en Argentina. Corría el año de 1952 y María Félix estuvo en el extranjero para la grabación de La pasión desnuda. Ahí conoció a Carlos Thompson, quien rápidamente se enamoró sin remedio de la intérprete.
Su relación rápidamente se convirtió en un romance lleno de lujos, mismo que desembocó en una propuesta de matrimonio que María Félix aceptó en un principio. Sin embargo, al cabo de poco tiempo abandonó Argentina.
El gesto que el “Charro Cantor” tuvo con la actriz fue por demás sorpresivo. Ella no olvidaba que entre ambos hubo una rivalidad que ya cumplía una década entera. Según ha recordado, la primera vez que vio a Negrete fue en 1938, cuando ella todavía no estaba en cine.
En ese entonces Jorge se encontraba en la filmación de Caminos de Ayer. María, acompañada de una familiar, fue por curiosidad a ver cómo trabajaban en el cine. El actor notó la presencia de la hermosa joven y no dudó en acercársele para preguntar si no quería probar suerte en la industria.
Félix acababa de casarse con Enrique Álvarez Alatorre, por lo que cortó de inmediato los intentos de galantería del también cantante y no se mostró dispuesta a mantener contacto con él. Cuatro años después, sin esperarlo, volverían a cruzar caminos y ahí se consolidaría su odio mutuo.
En 1942 María Félix estaba debutando en el cine y tuvo la oportunidad de su primer protagónico en El peñón de las ánimas. Para su sorpresa, su compañero no sería otro que Jorge Negrete.
En lugar de encontrar al actor galante de tiempo atrás, vio a un hombre que estaba furioso de que una desconocida le quitara el lugar que le correspondía a Gloria Marín, una actriz con más trayectoria y que acababa de empezar un romance con Negrete.
La filmación fue un infierno. La arrogancia de los dos y su carácter fuerte no ayudaba en nada, por lo que, una vez que terminaron con ese trabajo, casi se prometieron no volver a compartir pantalla juntos. De ser posible, no querían verse las caras.
Sin embargo, ahora en 1952 se encontraba con un Jorge Negrete que acababa de terminar su relación con Marín, que era líder de un sindicato y que de repente le pareció más guapo que antes. El Charro cantor hizo lo propio y comenzó a cortejarla con todo tipo de atenciones: la llenaba de obsequios y le hacía serenatas.
En algún punto comenzaron un noviazgo intenso, mismo que, al cabo de unas semanas, se convirtió en compromiso. Esto tomó por sorpresa no sólo a medios de comunicación, sino también a los allegados de Jorge. Más allá del odio jurado que le tenía a María, les confundía que el actor se hubiera metido en otra relación cuando tenía poco que terminó con una que duró muchos años.
De acuerdo con el actor Arturo Delgadillo, Jorge habría comenzado su romance con La Doña por motivos de despecho. En realidad su relación con Gloria no había terminado tan bien como hicieron entender a la opinión pública y sabía que la mejor forma de hacerla sentir mal era yéndose con la diva de divas.
No se sabrá si esto fue verdad o si, de serlo, María lo supo. De cualquier manera, ambos terminarían por consumar su matrimonio el 18 de octubre de 1952 en Tlalpan. Además de ser un evento de importancia nacional, también fue una muy mexicana.
Se dice que en la invitación se pedía a las mujeres vestir “traje de calle con rebozo” y la comida estuvo repleta de chilaquiles, quesadillas, mole y pulque. Además de ello, la pareja de recién casado no portaba la clásica vestimenta de boda, sino que Jorge iba de charro, mientras que María usó un vestido igual de mexicano.
María estuvo segura de que Jorge sí estaba enamorado y que su amor hacia ella le conmovía. Lo malo es que ni siquiera tuvo tiempo para aburrirse de sus atenciones pues, apenas poco un año después de que se casaran, Jorge murió el 5 de diciembre de 1953.