Redacción
En el Estado de México se presentó otra historia de terror y crueldad animal: un hombre es señalado de presuntamente hacer uso de un matadero clandestino de perros, donde los engorda con el fin de vender su carne para consumo humano.
Los hechos se dieron a conocer en el municipio de Nezahualcóyotl, en un inmueble ubicado en la colonia Benito Juárez. Vecinos de la zona han señalado que desde hace tiempo sospechaban que una cuantiosa cantidad de perros eran sacrificados con misteriosos fines.
Reportes preliminares indicaron que la carne de los canes es vendida a diversas taquerías de la localidad, sin que los comensales tengan conocimiento de lo que ingieren. Sin embargo, ante la falta de pruebas, los pobladores mexiquenses comenzaron a realizar denuncias en redes sociales, hasta que el caso llegó a manos de una asociación civil.
Fue así que Protección Animal Nitin México A.C. decidió tomar cartas en el asunto y acudió en compañía de personal de la Dirección de Ecología y Medio Ambiente municipal al predio señalado para llevar a cabo una inspección y así comprobar lo denunciado.
El presentante legal de dicha asociación, Edgar Abraham Castillo, señaló que el sujeto en cuestión -cuya identidad no ha sido revelada- contaba con más de 100 perros destinados al sacrificio para consumo humano, comentó en entrevista con Imágen Noticias.
Los testimonios recabados indicaron que a las 12:00 de la noche se solían escuchar lamentos de animales que provenían del inmueble, mientras que a las 3:00 de la madrugada acudían supuestos taqueros a comprar carne y se retiraban.
Las imágenes compartidas por Protección Animal Nitin muestran la magnitud del caso: el suelo y las paredes están manchados de sangre fresca y seca, aunado a las insalubres condiciones de hacinamiento en las que se encuentran los perros y el “fétido olor a muerte” que inunda el lugar.
Abraham Castillo aseguró que se trata evidentemente de un caso de maltrato animal, además de que reveló que en el inmueble también se encontraba una mujer de la tercera edad en “situaciones precarias”, quien sería la madre de este sujeto.
Ante esta situación, la asociación civil ha exigido a la Fiscalía del Edomex llevar a cabo las indagatorias correspondientes, que incluyen los peritajes en el domicilio señalado, el posible rescate de los perros y la sanción penal al responsable de estos hechos.
En respuesta, la Fiscalía estatal informó que el pasado martes 11 de octubre inició con la indagatoria de oficio ante la “supuesta engorda de caninos en Nezahualcóyotl con presuntos fines de distribuión para comercialización en alimentos”, por lo que aseguró que la investigación está en curso.
Cabe mencionar que el Estado de México es una de las entidades de la República en que el delito de maltrato animal es castigado con una pena privativa de la libertad.
De acuerdo con el artículo 235 del Código Penal del Edomex, a quien cometa un acto tipificado dentro de este delito se le impondrá una pena que puede ir desde los seis meses hasta los seis años de prisión, dependiendo de la acción realizada.
Si una persona causa lesiones a un animal con el propósito o no de causarle daño, la pena es de seis meses a cuatro años de prisión, al igual a quien los abandone, los exponga en una situación que amenace su integridad o cometa actos eróticos sexuales. La pena se incrementará hasta en una mitad si el acto de maltrato animal es fotografiado, videograbado y/o difundido.
En cambio, si la persona le causa la muerte no inmediata y prolonga la agonía del animal, la pena es de tres a seis años de prisión. De igual manera, se incrementará hasta en una mitad si el delito es cometido por servidores públicos que tengan por encargo el manejo de ejemplares.
La Procuraduría de Protección al Ambiente del Estado de México (PROPAEM) y la Procuaduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) atienden los casos de comercialización de especies exóticas, casa deportiva ilegal, sacrifcio de animales, así como exhibición y entrenamiento con fines de lucro.
En tanto, la Fiscalía del Edomex se encarga de asuntos referentes a daños, lesiones, agresiones sexuales, muerte no inmediata o tortura y envenenamiento.