* El último recurso se entregó a un comerciante en Puebla.
Por Francisco Romero
En la ciudad de Puebla se concedió a un comerciante el amparo en contra del decreto presidencial del 19 de febrero de 2020 que prohíbe la importación y exportación de vaporizadores, informó la organización civil México y el Mundo Vapeando.
El amparado es Jorge Mercado, empresario de la ciudad de Puebla, quien padeció directamente los embates del decreto, como la falta de insumos para su negocio, situación que lo llevó al borde de la quiebra ante la imposibilidad de acceder a proveedores.
“El decreto -agregó-, es una medida autoritaria, que pone en riesgo la salud de miles de personas; la gran mayoría de mis clientes son personas que fumaban de una a dos cajetillas al día por la ansiedad que les generaba el cigarro y que encuentran en los vaporizadores una medida efectiva para dejar ese hábito; por eso, con el amparo que obtuve podré recuperar los empleos perdidos, resurtir la tienda y apoyar a mis clientes”, apuntó.
Cabe mencionar que dicho recurso se suma a los cuatro que ya fueron otorgados entre los años 2012 y 2018, por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
En este sentido, Juan José Cirión Lee, presidente de la organización México y el Mundo Vapeando, afirmó que está sólida la batalla legal en contra de las arbitrariedades del gobierno federal, pues adicional a los recursos mencionados, afirmó que también se han otorgado otros 11 amparos para autoconsumo.
Al respecto, Karen Weber, una de las beneficiadas de los amparos para autoconsumo, afirmó que la emisión del decreto presidencial es evidencia de la contracción y desconocimiento en que trabaja la presente administración federal y que pone en riesgo a la integridad de las personas, como es el caso de ella.
“Por un lado escuchamos todas las mañanas al presidente de la República que menciona ‘prohibido prohibir’ y por otro lado tenemos hechos que tiran al suelo esas declaraciones; esas contracciones ponen en riesgo nuestra integridad, como nuestro caso, quienes utilizamos los cigarros electrónicos para dejar de fumar. Yo, por ejemplo, fumé por más de 20 años y gracias a los vaporizadores lo dejé, pero debido al decreto estuve en riesgo de recaer”, comentó.
Similar situación experimentó Gabriel Torres, otro de los beneficiados de los amparos otorgados para autoconsumo, quien admite que gracias a los vaporizadores dejó el hábito de fumar hasta dos o tres cajetillas al, día.
“Los vaporizadores me rescataron del tabaquismo; ahora puedo practicar deporte; antes no; por eso lamento mucho la emisión del decreto, porque nos dejó en total desamparo a quienes utilizamos esos dispositivos para mantenernos lejos del tabaco”, comentó.
Por lo anterior, los tres testimonios coinciden en la necesidad de formular una regulación específica para la importación, distribución y venta de vaporizadores, en virtud de que se trata de un artículo totalmente diferente a los cigarros convencionales.
Por ello, el gobierno británico ha incluido a los vaporizadores dentro de su política pública para combatir el tabaquismo, al igual que ocurre en otros países como Francia, Nueva Zelanda y Canadá.
Incluso, el gobierno del Reino Unido, a través de la agencia Salud Pública de Inglaterra, ha identificado que el 74 por ciento de quienes utilizan vaporizadores para abandonar el tabaquismo logran el cometido.
Por lo anterior, los dispositivos electrónicos se colocan en ese país como el método más recurrente entre los británicos que desean dejar de fumar cigarros convencionales, muy por encima de otros métodos como las terapias de reemplazo (TRN), como parches y chicles y medicamentos controlados como la vareniclina.
De esta manera, mientras gobiernos de aquellas regiones han implementado políticas bien definidas para combatir el tabaquismo (actividad que mata cada año a más de 75 mil británicos, por ejemplo), en México existe un escenario adverso y muestra de ello es la prohibición para importar y exportar vaporizadores.
México y el Mundo Vapeando es un grupo de entusiastas del vapeo con la única misión de defender el derecho a elegir un método de reducción de daños en el país. Sus colaboradores tienen la firme convicción de una regulación justa para combatir el terrible hábito del tabaco, teniendo como base la ciencia y el libre derecho de expresión.