Redacción
Algunas de las prácticas y tradiciones que existieron durante el periodo prehispánico en nuestro país se conservaron casi de manera intacta hasta llegar a nuestro días, una de ellas es el pulque, la “bebida de los dioses”, la cual no es simplemente una bebida alcohólica, porque su consumo proporciona beneficios para la salud de aquellos que degustan de esta receta milenaria.
De acuerdo con Rodrigo Arredondo Fernández, mediador educativo del Jardín Botánico del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el pulque contiene vitaminas, minerales y aminoácidos que son esenciales para nuestro cuerpo y principalmente para el sistema nervioso. De igual forma permite una correcta absorción de hierro y calcio.
Además, de acuerdo con información emitida por la máxima casa de estudios, beberlo de manera regular y sin abusar de su consumo, proporciona proteínas y vitaminas pertenecientes al grupo C y del complejo B, lo que genera propiedades medicinales como la protección de la flora intestinal, actúa como un agente diurético lo que permite al cuerpo eliminar líquidos y sales que no utiliza y que en caso de mantenerse dentro de nuestro organismo podrían causar presión arterial alta o edemas (líquidos en el tejido).
También el pulque combate el insomnio, es un excelente suplemento alimenticio y combate la anemia, además se comprobó que dentro de esta bebida prehispánica se encuentran microorganismos con una función probiótica, es decir que evitan el desarrollo de bacterias dañinas en el intestino y así reforzar el sistema inmunológico de quien lo consuma, repito, con moderación.
Pero ¿Cómo se obtiene la “bebida de los dioses”?
El pulque inicia su proceso tras la extracción del aguamiel, savia que es extraída del maguey, planta de la que existen alrededor de 160 especies en nuestro país, pero de las cuáles sólo 40 pueden ser utilizadas para obtener el aguamiel que es un líquido con un color ámbar que contiene minerales y azucares lo que le da su consistencia viscosa.
Para poder obtener este líquido, informó el académico de la UNAM, se debe seleccionar un maguey que esté listo para iniciar con el corte de las hojas y posteriormente se deja en reposo para que esta planta concentre la mayor cantidad de azucares, proceso que puede tardar alrededor de seis meses para poder obtener el aguamiel, el cual una vez extraído se coloca en un espacio limpio y completamente cerrado para iniciar con el proceso de fermentación para determinar el producto final y su acidez, dulzor, grado de alcohol y los aromas característicos.
El investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México descartó completamente la creencia de que se utilizan excrementos en el procedimiento para poder elaborar el pulque, leyenda que la gente da por hecha porque ahí se encuentran las bacterias que posibilitan su fermentación, pero, informó el experto, fue parte de una campaña de desprestigio para que las personas dejaran de consumir esta bebida mesoamericana.
El pulque, conocido en la lengua náhuatl como octli, tuvo gran importancia dentro de las civilizaciones prehispánicas, fue tal que se le relacionó directamente con Mayahuel, la diosa del maguey por lo que era considerada como una bebida sagrada, de ahí el sobrenombre “de los dioses”, sin embargo con la llegada de los españoles perdió su carácter divino para convertirse en una bebida popular lo que permitió que pudiera llegar hasta nuestros días y así poder consumir este elixir que proporciona beneficios para la salud.
Actualmente el pulque goza de gran popularidad dentro de las tradiciones de la sociedad mexicana. Se organizan ferias y festivales en torno al consumo de esta bebida alcohólica, además de formar parte de la identidad de nuestro país.