Redacción
Desde que se tiene registro, la participación de las mujeres en los empleos remunerados ha sido menos de la mitad de su potencial. En particular, México tiene una de las tasas de participación laboral femenina más bajas en comparación con otros países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y de América Latina como Colombia y Chile.
En el documento ‘Fortalecimiento de la participación laboral femenina. Recuperación post pandemia’, el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), analizó el papel de las mujeres en el mercado laboral posterior a la pandemia, así como el impacto fiscal de la participación femenina y la relación con el trabajo de cuidados.
El CIEP expuso que, en el último trimestre de 2022, de las 52.7 millones de mujeres en edad de trabajar en México, el 46.2 por ciento están empleadas o buscan activamente un empleo, cifra que supera por 0.8 puntos porcentuales los niveles prepandemia, sin embargo, sólo el 43.6 por ciento de ellas tiene un empleo formal.
Cabe mencionar que aún existe una brecha de 30 puntos porcentuales respecto a los hombres en el trabajo remunerado. Además, de 2019 a 2022 el número de mujeres que ganaban hasta un salario mínimo aumentó 60 por ciento; en contraste, la cifra de mujeres que ganaban hasta 5 salarios mínimos disminuyó 51.7 por ciento. Al último trimestre de 2022, solo 250 mil mujeres ganaron más de 17 mil pesos al mes.
Pese a que son más las mujeres que trabajan, el CIEP refiere que esta incorporación no está acompañada de una redistribución de las tareas de cuidado y trabajo doméstico, ya que el 91 por ciento de las mujeres trabajadoras también hicieron labores domésticas, mientras que solo el 59 por ciento de los hombres que manifestaron hacerlo.
La baja participación de las mujeres en el mercado laboral representa costos económicos en términos de producción y recaudación tributaria: las mujeres aportan el 36 por ciento del total de la recaudación de ISR de personas físicas y asalariadas, mientras que los hombres el 64 por ciento. Esto representa una brecha en la recaudación de 1.7 por ciento del PIB, lo cual podría disminuir con un nuevo pacto social que considere el trabajo de cuidado.
El CIEP puntualiza que, para avanzar hacia la igualdad de género y el desarrollo sostenible, es necesario aumentar la participación de las mujeres en trabajos formales con salarios justos, así como redistribuir y reconocer las labores de cuidados, pues incorporar a mujeres al mercado laboral puede tener un impacto positivo en el crecimiento económico del país y en la recaudación de impuestos.