Redacción
*Pese a la pandemia, más de 1.7 millones de funcionarios de casilla fueron capacitados de manera presencial .
*México no aprovechó la digitalización como parte de una política pública
El próximo domingo 6 de junio se realizarán las elecciones más grandes en la historia de México en las que participarán un millón 714 mil funcionarios de casilla, quienes, de acuerdo con el Instituto Nacional Electoral (INE), fueron capacitados de manera presencial en los distintos distritos; lo que implicó riesgos de contagio por Covid 19, elevados costos y traslados. Sólo en algunos estados, como en Tlaxcala, se ofreció capacitación virtual. Este es uno de varios ejemplos de cómo las autoridades no han aprovechado las herramientas tecnológicas para ofrecer capacitación de manera masiva tal como ya se hace en las empresas privadas.
De acuerdo con Rodrigo Vargas, director general y fundador de Hero Guest, empresa de tecnología especializada en entrenamiento y educación profesional, en el país no sólo los funcionarios de casilla, también servidores públicos como policías, bomberos, personal de salud y administrativo podrían ser capacitados de forma masiva a través de aplicaciones que ofrezcan contenido personalizado, lo que no sólo mejorará su formación sino también su motivación y por ende, incidirá en un mejor desempeño.
Rodrigo señala que la pandemia por Covid-19 en México impulsó la transformación digital en hasta 87 por ciento de las organizaciones privadas que se vieron obligadas a transformar sus actividades y sumarse a tecnologías disruptivas como la nube, Apps, Big Data, plataformas móviles, Inteligencia Artificial e Internet de las Cosas, de acuerdo con el Índice de Transformación Digital elaborado por Dell Technologies, sin embargo, este “empujón tecnológico” no se logró en instituciones del sector público pues aunque algunos gobiernos y dependencias adoptaron esta tendencia no fue de forma generalizada ni organizada.
Rodrigo explica que otro ejemplo de la oportunidad de la capacitación masiva es el regreso a las aulas de 1.5 millones de trabajadores de la educación, “las herramientas digitales permiten que las personas tengan, incluso en su teléfono celular, la oportunidad de capacitar de forma divertida, los profesores podrían haber tenido un regreso seguro a clases con una inversión mínima de tiempo y con toda seguridad”.
Abunda que, aunque México tiene un rezago en materia digital, aún cuenta con la oportunidad de agilizar sus operaciones, optimizar servicios ciudadanos, ser más eficiente e incluso eliminar la corrupción al poder medir los resultados en tiempo real.
“Están cambiando las reglas del juego para las empresas, instituciones y gobiernos que ahora pueden tomar ventaja de la innovación tecnológica en pro de sí mismas y de la relación que sostienen con sus clientes y con los ciudadanos”, destacó Vargas.
Por otro lado, Héctor Llerena, especialista en comunicación política y de gobierno, considera que en México no se aprovechó la coyuntura para impulsar una política nacional basada en la tecnología, sino que cada gobierno local, estatal, dependencias y organismos decidieron aprovechar la tecnología bajo el contexto de la pandemia con, por ejemplo, el desarrollo de plataformas y aplicaciones, en algunos casos o en otros lo resolvieron con aplicaciones básicas como WhatsApp y en algunos casos decidieron replegarse y simplemente cerrar operaciones.
“Sin duda era la oportunidad para que todo el mundo migrara a herramientas digitales, que las probara, empezara a experimentar y no todo el mundo lo hizo, hubo dependencias que se replegaron; el poder judicial, por ejemplo, retrocedió 10 años al cerrar por completo, pero el poder legislativo se pudo adaptar y avanzar”, resaltó Llerena.
Explica que previo a la pandemia algunas dependencias ya utilizaban herramientas digitales sobre todo para ofrecer trámites, lo que se fortaleció con la pandemia, sin embargo, otras no se han sumado a estas estrategias a diferencia de las empresas del sector privado que se vieron obligadas a migrar para sobrevivir.
“El gobierno tiene mucho que aprender para empezar a gestionar de una manera distinta, entender que no se necesitan tantas instalaciones y quizá tampoco tanta gente ni infraestructura para trabajar con herramientas tecnológicas, que fue el gran descubrimiento de las empresas tras la pandemia”.