Redacción
La duda sobre cuánto azúcar debemos consumir a diario es una constante que nos acompaña y hemos llegado incluso a criminalizarlo en cierta manera, cuando realmente es necesario. Nutricionalmente, se considera una fuente importante de energía para el cerebro, los músculos y el sistema nervioso. Tal y como apunta la Organización Mundial de la Salud, el problema no es el azúcar, sino el exceso de azúcar.
Aunque cada vez más personas rehúyan de él y utilicen en su lugar panela o edulcorante, cuando hablamos de su ingesta debemos tener en cuenta que una gran parte del que ingerimos procede de productos como galletas, refrescos, mermeladas o salsas envasadas. En un informe publicado en 2015, la OMS recomendó que los adultos y niños redujeran su consumo de azúcares libres a menos del 10% de su ingesta calórica total diaria. Lo que equivaldría a 25 gramos, es decir, entre cinco y seis cucharaditas.
Qué pasa si reducimos el consumo
Tal y como asegura la Access Community Health Network, que el azúcar sea una parte constante de nuestra dieta puede tener efectos negativos en la salud. El consumo excesivo no sólo puede conducir a un diagnóstico de diabetes, sino que también puede aumentar el “riesgo de enfermedades cardíacas, presión arterial alta, inflamación crónica y enfermedad hepático no alcohólica”, además de aumentar el peso.
La reducción en su ingesta es un gran comienzo para promover una vida saludable. Asimismo, la piel también empezará a notar sus efectos: lucirá mucho más vibrante y saludable, ya que, el azúcar elimina el agua de las células, lo que deshidrata la piel y produce brotes, hinchazón, círculos debajo de los ojos y una piel opaca.
Seis señales que indican que estás tomando demasiado azúcar
El azúcar es una de las pocas sustancias química puras que comemos, junto con la sal, como detalla el portal Mejor con Salud. No aporta ningún tipo de nutrientes, sólo tiene calorías vacías, que son fáciles y rápidas de absorber, por lo que cuesta obtener esa sensación de saciedad. Estos son algunos síntomas que indican que estás tomando demasiado.
Agotamiento general
El efecto que genera es comparable al de las drogas estimulantes -salvando las distancias-. En un primer momento, sentiremos una rápida subida de energía, que al poco tiempo caerá a niveles inferiores a los deseables. La reacción general a este cansancio suele ser la de recurrir a refrescos de cola, con lo que el proceso empieza de nuevo.
Ansiedad por comer más dulce
El pensamiento constante de necesitar más alimentos azucarados es un signo inequívoco de que el consumo está siendo demasiado elevado. Existe la posibilidad de que se haya desarrollado una pequeña dependencia a esa ingesta diaria de azúcar.
Cambios de humor
Si tenemos en cuenta las dos señales anteriores, comprender este punto es sencillo. Cuanto más azúcar comemos, más queremos. Cuando lo tomamos, nos encontramos mejor. En cambio, cuando notamos su ausencia nos enfadamos, tal y como señala un estudio realizado por el University College de Londres.
Aumento de peso
Cuando el cerebro ha obtenido la cantidad de azúcar necesaria para funcionar, el cuerpo lo metaboliza en forma de grasa. Como el páncreas no puede generar la cuantía necesaria de insulina necesaria para digerirla, el hígado la cataloga como grasas y entonces se produce el aumento de peso.
Problemas en la piel
La piel comienza a secarse y escamarse.