Reconoce el PNUD al programa Producción para el Bienestar / Por Alicia Valverde

0
23

Las prácticas agroecológicas sostenibles contribuyen a incrementar la capacidad para adaptarse a los fenómenos climáticos y fortalecer los sistemas productivos, dice el Programa de Naciones Unidas

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en México reconoció al programa Producción para el Bienestar de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y su aporte en la resiliencia climática del campo, a través de la transición agroecológica.

Esto, derivado del trabajo conjunto que tuvo como resultado la presentación del análisis de riesgos y las prácticas impulsadas por este programa nacional con el fin de reducir los siniestros y pérdidas en la producción de pequeñas parcelas de maíz y milpa.

Durante la presentación del Fichero de prácticas agroecológicas resilientes para el sistema productivo de maíz/milpa, el subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria de la Secretaría, Víctor Suárez Carrera, destacó que en el centro de este lanzamiento se encuentra el desarrollo de prácticas resilientes ante el cambio climático en la agricultura y están asociadas a la producción descentralizada y diversificada en todo el territorio nacional a partir de la agricultura campesina e indígena.

Abandonan el modelo de revolución verde

Además, dijo que en este fichero resalta la transición de México hacia un nuevo modelo de agricultura diseñado bajo los principios de la agroecología, al dejar atrás el modelo de revolución verde, el de monocultivos, el de dependencia de insumos externos, semillas, fertilizantes y agrotóxicos.

Por el contrario, refirió que el país desarrolla una metodología de manejo de cultivos en concordancia con la salud de los suelos, de la diversidad biológica y buscando reducir la dependencia de insumos externos, generar disminución de costos, de riesgos y manejando algo que es vital para la resiliencia: el restablecimiento de la salud y del equilibrio de los suelos.

El coordinador de proyectos de Resiliencia y Reducción del Riesgo de Desastres del PNUD México, Xavier Moya García, aseguró que “las prácticas agroecológicas sostenibles en la producción de maíz/milpa resultan un extraordinario mecanismo para contribuir a incrementar la capacidad de mujeres y hombres agricultores para adaptarse a los fenómenos climáticos y fortalecer los sistemas productivos”.

Asimismo, el funcionario explicó que este documento fue realizado en el marco de la iniciativa de Seguros y Financiamiento de Riesgos (IRFF, por sus siglas en inglés) del PNUD, la cual colaboró en la ejecución de un programa de seguro paramétrico para 10 mil personas productoras de maíz y de milpa de temporal pertenecientes al Programa Producción para la Bienestar (PpB).

Dicho piloto fue activado exitosamente en el 2022 por un consorcio de aseguradoras (Guy Carpenter, Axa Climate, Swiss Re, Munich Re y Raincoat) y el gobierno mexicano, como resultado del financiamiento del gobierno alemán, apuntó.

PNUD y el sector privado, claves

La colaboración entre la Secretaría de Agricultura, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), el PNUD y el sector privado no sólo es clave para cumplir los objetivos nacionales, sino también a mejorar la calidad de vida de las personas productoras de pequeña y mediana escala, fortalecer la soberanía alimentaria del país y fomentar una agricultura más justa y sustentable, dijo.

El PpB, coordinado por la Subsecretaría de Autosuficiencia Alimentaria, se destaca por su enfoque integral que promueve la resiliencia climática a través de la transición agroecológica, proporciona apoyo económico a más de dos millones de productores e instrumenta la Estrategia de Acompañamiento Técnico para mejorar la productividad de manera sostenible.

Es a través de las Escuelas de Campo donde los productores adquieren conocimientos y prácticas agroecológicas que fortalecen la resiliencia ante fenómenos climáticos adversos, expuso el director general de Organización para la Productividad, José Atahualpa Estrada Aguilar.

Sader contribuye a la gestión del riesgo

En tanto, el representante residente adjunto de PNUD México, Daniel Vargas, destacó las alianzas generadas para el desarrollo, bajo un enfoque integral. “Las aproximaciones sectoriales son importantes, pero son insuficientes”, comentó.

“Aquí algo que tenemos que rescatar es ese conocimiento desde abajo, ese conocimiento desde la experiencia, inclusive, seguramente desde el desastre, desde el sufrimiento, que han tenido que vivir muchas de estas comunidades que, a través de las Escuelas Campesinas, han podido transmitirlo para el buen uso, seguramente en sus mismos territorios y en otros”, mencionó.

El director general del Cenapred, Enrique Guevara Ortiz, expresó que la Secretaría de Agricultura contribuye a la gestión del riesgo, pero enfocada en aspectos más humanos y sociales como se destaca en la visión de esta administración de la transformación.

Fichero de prácticas agroecológicas resilientes, clave

Aseguró que esta dependencia trabaja en el marco del trabajo que desarrolla la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, cuyo objetivo rector de su estrategia es crear territorios más seguros, sostenibles y resilientes,

El reconocimiento del PNUD y del Cenapred subraya la importancia de la agricultura campesina e indígena, priorizando un modelo descentralizado y diversificado de producción que responde a las necesidades diferenciadas de cada rincón del territorio mexicano para construir estos territorios seguros. Este enfoque es clave para lograr una mayor resiliencia y sostenibilidad en un contexto de cambio climático creciente.

El “Fichero de prácticas agroecológicas resilientes para el sistema productivo de maíz/milpa” es un documento clave para fortalecer el sistema agroalimentario de México, identificando y sistematizando prácticas agroecológicas que permiten reducir pérdidas y asegurar la continuidad productiva del maíz/milpa.

Este fichero se enfoca en gestionar los riesgos climáticos que afectan la producción de maíz, proponiendo un modelo integral que no solo busca reducir y financiar los impactos de dichos riesgos, sino también transferirlos a terceros mediante mecanismos como seguros.