Redacción
Es evidente que en las últimas décadas, las capacitaciones de las policías no han sido efectivas, dados los pésimos resultados de los cuerpos policiales en nuestro país, sobre todo de las estatales y municipales, por ello gran parte del problema reside en que ni se está reformulando la estrategia para mejorar los adiestramientos, ni la sociedad está exigiendo nuevos mecanismos de rendición de cuentas, afirmó Alejandro Desfassiaux, Presidente de Grupo Multisistemas de Seguridad Industrial.
En este sentido, el especialista afirmó que hay un enfoque incorrecto de la problemática, que corresponde tanto a las autoridades como a la sociedad civil.
“La ciudadanía se ha acostumbrado a reportes insustanciales por parte de las instancias gubernamentales responsables de estas corporaciones, que hablan del número de horas de capacitación, de los programas que se imparten, de la duración y cantidad de módulos cursados, sin que se exija una verdadera medición de resultados, como un programa de costo-beneficio que contribuya en la reducción del índice delictivo, o la efectividad real que se consigue a través de la validación del Certificado Único Policial (CUP), que garantice que los elementos sean aptos para desempeñar sus funciones básicas, entre otros indicadores relevantes”, mencionó.
Por medio de un reporte, comento que son puntos fundamentales que muchas veces pasan desapercibidos para el ciudadano común, a pesar de que se informe de las mil 020 horas que comprenden los 4 módulos de los cursos de formación policial impartidos por el Instituto de Educación Superior de la Policía Auxiliar y otras dependencias a nivel nacional.
“¿De qué sirven estas capacitaciones presumiblemente profesionales si apenas el 46 por ciento de los policías en México son aptos para recibir el Certificado Único Policial y ejercer su cargo?”, se autocuestionó Desfassiaux.
En contraste, datos arrojados por el último estudio ¿Qué piensa la policía? realizado por la organización Causa Común, en el cual se entrevistó a cuatro mil 422 elementos, un gran porcentaje de los oficiales indican que no se sienten capacitados para realizar labores esenciales dentro de su profesión, como: mantener audiencias ante un juez (64 por ciento), dar primeros auxilios (52), recibir denuncias (45), manejar una patrulla (34), atender acciones sobre perspectiva de género (30), conocimientos sobre el uso de la fuerza (19) y detenciones de manera adecuada (19 por ciento).
Aunado a la falta de capacitaciones efectivas, el recorte presupuestal para la operación de programas como el FORTASEG en 2021, deja a las corporaciones en clara desventaja contra el crimen, pues mientras los delincuentes se vuelven más organizados, invierten en armamento sofisticado y conocen mejor las calles, las policías se quedan sin fondos ni apoyo para mejorar su equipamiento, destreza y habilidades prevenir la inseguridad.
Lo que recientemente ocurrió en Cancún, en donde para disolver una manifestación que exigía justicia para una víctima de feminicidio, la policía hizo disparos al aire lesionando a varios periodistas y ciudadanos, deja al descubierto, una vez más, las carencias metodológicas y el desconocimiento en el uso progresivo de la fuerza de los cuerpos policíacos en México.
Las condiciones de trabajo y la falta de vocación entre los uniformados están poniendo en estado crítico a las corporaciones, pues de los 2.8 policías por cada mil habitantes que estipula la ONU como el mínimo con el que debe contar un país, México sólo alcanza el 1.8 por ciento, es decir, ya nadie quiere ser policía ni pertenecer a instituciones corruptas, afirmó el experto en seguridad. Es de llamar la atención que al menos 26 mil 700 elementos no aprobaron los exámenes de control y confianza en el 2020 y siguen laborando sin mayores repercusiones.
Ante este panorama, Alejandro Desfassiaux insistió en que las policías estatales, municipales y auxiliares tienen que ser absorbidas por la Guardia Nacional para ser saneadas, inculcándoles lealtad y disciplina, valores que poseen nuestras Fuerzas Armadas. Dijo que no es posible que el crimen organizado invierta más en preparar a sus sicarios en campos de tiro especializados, con armamento de uso exclusivo del Ejército, con “instructores” con experiencia militar altamente entrenados, mientras que nuestros policías se “capacitan” en simuladores de videojuegos con escenarios virtuales, practiquen primeros auxilios con bebés de juguete y solo asistan a campos de tiro reales una vez al año”.
De manera complementaria, agregó, ese cambio de estrategia debe robustecerse con la creación de un observatorio ciudadano con figura legal que permita generar una comisión real de transparencia, a efecto de garantizar una rendición de cuentas donde se incluyan resultados anuales de desempeño, así como un verdadero proceso de mejora continua; pero también sobre el curso de las investigaciones de carpetas abiertas contra policías que han cometido abusos o delitos; pues de acuerdo a datos de las Fiscalías Estatales, entre 2012 y el primer semestre de 2020, se han abierto 8,302 expedientes de investigación contra policías estatales, municipales, federales y ministeriales, por homicidio, tortura, desaparición forzada, feminicidios y lesiones dolosas, en 25 estados de la República.
“El gobierno federal debe hacer un pronto viraje en la estrategia de seguridad, donde se amplíe el enfoque de los reportes de capacitaciones policiales, pues de nada sirven los actuales, ante los resultados desastrosos de las policías de los últimos 37 años”, finalizó el Presidente de Grupo Multisistemas de Seguridad Industrial.