Por Alejandro Durán
A pesar de que muestra ligeras señales de
recuperación, el valor de la producción de la industria de la construcción se
desplomó 31.4 por ciento a tasa anual durante junio, con lo que ligó 24 meses
con números negativos, afianzando la peor racha de la que se tenga registro,
con todo y los impulsos que podría generar el inicio de la construcción del
tren maya.
De esta manera, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), si bien en su comparativo mensual (de mayo a junio de este año), la industria de la construcción repuntó 2.4 por ciento (con base a datos ajustados por estacionalidad), a tasa anual mostró la peor caída para un mes similar desde que comenzó a reportarse el indicador (2007).
Al respecto, Gabriela Siller, directora de
Análisis Económico de Banco Base, explica que el repunte que mostró el indicador
de mayo a junio de este año dita mucho de constituirse como una plena recuperación
del sector, sobre todo si se toma que a tasa anual la variable se mantiene en mínimos
históricos, al registrar caídas de más de 31 por ciento en abril, mayo y junio.
“En términos anuales, se encuentran 22.17 por
ciento por debajo de lo observado en junio del 2019. En cifras originales, el
valor de la producción del sector público y privado mostraron caídas anuales
similares, del 31.74 y 31.26 por ciento, respectivamente; lo anterior, pese a
que el sector público inició las labores de construcción del Tren Maya en el
mes de referencia”, explicó la analista.
Por región, resultó que Nuevo León aportó el
mayor porcentaje del valor de la producción en la industria de la construcción (12.3
por ciento del total); seguido por Guanajuato (7.7); Jalisco (6.6); así como
por Veracruz y Tamaulipas (5.3 por ciento).
En contraparte, los que menos aportaron fueron Tlaxcala y Morelos (0.3 por ciento cada uno); Chiapas (0.8), y Guerrero (0.9 por ciento).
Finalmente, el INEGI precisó que durante el sexto
mes del año, al personal ocupado en la industria de la construcción bajó 21.3
por ciento a tasa anual, mientas que las horas trabajadas disminuyeron 21 por
ciento, en tanto que las remuneraciones medias reales repuntaron 1.1 por
ciento.